Hace casi un año, tras finalizar mis estudios y trabajar como eterna becaria, decidí hacer las maletas y volver a mi casa, a Galicia, tras sopesar las posibilidades que me ofrecía mi propia tierra y negarme a dejarme influenciar por el ambiente pesimista en el mundo laboral.
Con la maleta cargada no, repleta de ilusiones y aspiraciones, me dí de bruces ante el tan ansiado primer trabajo que me devolvió a un mundo laboral, desconocido y feroz, del que conseguí salir tambaleándome e intentando agarrarme a cualquier esquina.
Tras esa experiencia, algo decepcionante, decidí dejar de sentirme como Caperucita Roja en el bosque y perseguida por un lobo hambriento llamado "crisis", "competitividad feroz"... y pararme un rato a ver el mundo que me rodeaba, tras mucho buscar, mirar, encontrar, desechar y volver a buscar, conseguí ver a huerto y unos frutales con infinitas posibilidades, a una madre con recetario casero que ya lo quisiera el mismísimo Ferrá Adriá y a un padre cargado de experiencia empresarial e incansable espíritu emprendedor.
Con todo eso, agité mi coctelera mental y surgió Abuela a los 20, un pequeño proyecto de alquimistas que buscan hallar el equilibrio entre, la pequeña huerta, el buen hacer artesanal y que los números cuadren, junto con la fiel creencia de que la producción casera, pequeña y de calidad, a veces, es mucho mejor que la producción en masa y cifras económicas que marean.
Una idea preciosa! Felicidades por el proyecto y mucha suerte que, con la ilusión, todo lo vuelve posible ^___^
ResponderEliminar¡Muchas gracias por los ánimos!:D
EliminarEl mundo es de los valientes soñadores!!
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